jueves, 25 de agosto de 2011

131-58-131




Si alguien elige deliberadamente leer el capítulo 131, a continuación leer el 58 y no volver nunca jamás (nunca jamás) al 131, ¿acaba realmente (realmente) de leer Rayuela alguna vez? Prescindiendo (‘’el lector prescindirá sin remordimientos…’’) de una segunda lectura del 131, ¿se prescinde también de la posible decepción de un final desastroso? ¿O se renuncia quizá a un instante sublime (quizá Cortázar lo preparó todo para que, cuando acabáramos de leer por segunda vez ese capítulo, empezáramos a levitar)? …Si uno lee la Ilíada después de la Rayuela, ¿se muere?... ¿Cómo volver a leer un libro ‘ordenadamente’ sin echar de menos (aunque mucho me temo que sólo en los primeros capítulos) 73-1-2-116-3-84-4-71-5-81-74-6-7…?

En cualquier caso…




-Sí- dijo la Maga sonriendo homéricamente entre lágrimas-. Es casi heroico, cierto.




25 de agosto de 2011

2 comentarios:

  1. Ays, hacía mucho que no miraba este blog y hoy me encuentro varias entradas divertido-nostálgicas. Ver amanecer en la clase de 2º BAT B ya no será lo mismo, tendré que evadirme unos segundos hacia la playuja de piedras escritas... Oye, no te vayas a leer la Ilíada ahora que lo de la muerte post-Rayuela-Ilíada no lo tengo nada claro. Imagina que vas al médico con un mareo ferry-style y le dices: "Es que he leído Rayuela y, a continuación, la Ilíada". El médico dirá: "Claro, ¿a quién se le ocurre?". En fin, te he enviado un mail con propuestas inconcretas de reunión tirantesca.

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  2. Leer Rayuela es como tomarse un chupito de absenta. Te atonta, te escuece, te destroza, y nada más de lo que tomes te sabrá igual. Nada te hará sentir lo mismo.

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