Cuadro: El sueño del arquitecto, Thomas Cole
CORO
Amor, invicto en la batalla,
Amor, que caes sobre las riquezas,
que en las delicadas mejillas
de una doncella acechas,
y vas y vienes sobre el mar
y por las agrestes moradas.
A ti no escapa ninguno de los
inmortales ni de los mortales hombres,
y el que te tiene enloquece.
Sófocles, Antígona
Contemplamos de un bote la arribada,
con un viejo de antiguo y blanco pelo,
vociferando: ‘’Ay, gente depravada,
no esperéis nunca más mirar al cielo;
vengo para pasaros diligente
a las tinieblas del calor y el hielo.
Y tú que estás aquí, alma viviente,
Aléjate de entre estos que están muertos’’.
Mas yo no me moví, y él, impaciente:
‘’Por distinto camino y otros puertos
debes ir; por aquí no pasarás:
barcos más leves te serán abiertos’’.
Y mi guía: ‘’ Carón, no grites más;
así se quiere allí donde es posible
lo que se quiere; y no preguntarás’’.
Se serenó la faz del irascible
piloto de aquel lívido paular
cuyos ojos circunda un fuego horrible.
Mas las almas desnudas, a temblar
y a perder los colores empezaron,
aquel duro discurso al escuchar.
Contra Dios y sus padres blasfemaron,
contra su especie y tiempo y la simiente
que los sembró, y el sitio en que la alentaron.
Después, con grandes llantos, esa gente
se reunió en la orilla por do pasa
todo aquel que temor de Dios no siente.
Carón, demonio que al mirar abrasa,
llamándolos, a todos recogía;
da con el remo a aquel que se retrasa.
Como las hojas, cuando ya la fría
estación se aproxima, van cayendo
y la rama su fronda al suelo fía,
de Adán las malas siembras van subiendo
desde aquellas arenas, una a una,
cual aves que al reclamo van cediendo.
Así se alejan sobre la onda bruna
y en el lado de allá no se han bajado
sin que acá nuevo grupo se reúna.
Dijo el maestro afable: ‘’¡Oh hijo amado,
de todas las naciones llegan gentes
que murieron teniendo a Dios airado;
todos pasan el río diligentes,
pues los empuja la eternal justicia
que en ardor cambia el miedo de sus mentes.
Jamás llega aquí un alma sin malicia;
y si Caronte contra ti se ensaña,
con sus palabras tu saber inicia’’.
Dante Alighieri, Divina Comedia, Infierno III 82-129
Una extraña versión de la famosa canción de la barca:
http://www.youtube.com/watch?v=hFJML0FCzj8&feature=related
con un viejo de antiguo y blanco pelo,
vociferando: ‘’Ay, gente depravada,
no esperéis nunca más mirar al cielo;
vengo para pasaros diligente
a las tinieblas del calor y el hielo.
Y tú que estás aquí, alma viviente,
Aléjate de entre estos que están muertos’’.
Mas yo no me moví, y él, impaciente:
‘’Por distinto camino y otros puertos
debes ir; por aquí no pasarás:
barcos más leves te serán abiertos’’.
Y mi guía: ‘’ Carón, no grites más;
así se quiere allí donde es posible
lo que se quiere; y no preguntarás’’.
Se serenó la faz del irascible
piloto de aquel lívido paular
cuyos ojos circunda un fuego horrible.
Mas las almas desnudas, a temblar
y a perder los colores empezaron,
aquel duro discurso al escuchar.
Contra Dios y sus padres blasfemaron,
contra su especie y tiempo y la simiente
que los sembró, y el sitio en que la alentaron.
Después, con grandes llantos, esa gente
se reunió en la orilla por do pasa
todo aquel que temor de Dios no siente.
Carón, demonio que al mirar abrasa,
llamándolos, a todos recogía;
da con el remo a aquel que se retrasa.
Como las hojas, cuando ya la fría
estación se aproxima, van cayendo
y la rama su fronda al suelo fía,
de Adán las malas siembras van subiendo
desde aquellas arenas, una a una,
cual aves que al reclamo van cediendo.
Así se alejan sobre la onda bruna
y en el lado de allá no se han bajado
sin que acá nuevo grupo se reúna.
Dijo el maestro afable: ‘’¡Oh hijo amado,
de todas las naciones llegan gentes
que murieron teniendo a Dios airado;
todos pasan el río diligentes,
pues los empuja la eternal justicia
que en ardor cambia el miedo de sus mentes.
Jamás llega aquí un alma sin malicia;
y si Caronte contra ti se ensaña,
con sus palabras tu saber inicia’’.
Dante Alighieri, Divina Comedia, Infierno III 82-129
Una extraña versión de la famosa canción de la barca:
http://www.youtube.com/watch?v=hFJML0FCzj8&feature=related
CORO
Amor, invicto en la batalla,
Amor, que caes sobre las riquezas,
que en las delicadas mejillas
de una doncella acechas,
y vas y vienes sobre el mar
y por las agrestes moradas.
A ti no escapa ninguno de los
inmortales ni de los mortales hombres,
y el que te tiene enloquece.
Sófocles, Antígona
Erhaben
"Jamás llega aquí un alma sin malicia." :D
ResponderEliminarA mí me mola más el Cancerbero de Hércules grandísima lugubriedad.
Cierto! versión extrañísima...Jáa!
Posiblemente lo más guay sea leer ese coro entre clase y clase.
ERHABEN, N dice que me tatúe eso *__*
:( Se está borrando, el lunes lo repasamos again, a ver lo que dura...