domingo, 6 de febrero de 2011

Palace Atenea




El arte de la oratoria no ha muerto. La reencarnación de Cicerón vaga por una recóndita calle madrileña y habla a la velocidad de la luz. Y nosotros, en nuestro peregrinaje hacia Chueca, tuvimos que desviarnos del camino ante su brillante discurso. Así transcurrió la noche, entre ovejas fotosensibles, mapas incomprensibles y maquinas de hacer espuma averiadas.
Y para terminar, dado que la gente (bueno, las personas en este caso) presupone que nuestra actividad nocturna a partir de cierta hora es nula y piensa que ya estamos soñando con Freud, qué planear sino una de las venganzas más elaboradas y lúcidas de la historia de las venganzas. Es decir, salir al pasillo cual espectro fantasmal en medio de la noche, dejar que nos vean con nuestros no-pijamas y nuestros calcetines anti-frío-polar y meternos otra vez corriendo a la caverna de aseo rosáceo, apagando la luz y escondiéndonos debajo de las mantas en un intento de mostrar nuestra inteligencia. Como si pudiesen derrumbar la puerta, ¡si la llave metamorfoseada en tarjeta es infalible! No hizo falta mucho tiempo para percatarse de la estupidez.
Vivan los saltitos y gritos Sthendal en los pasillos del Museo del Prado y muerte a las entradas especiales para ver a Renoir.
:)



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Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digería un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa para que los mayores pudiesen entender. Siempre necesitan explicaciones.


Antoine de Saint-Exupery, El principito

4 comentarios:

  1. Jajajaja... ¡AY!
    "Venid conmigo, veis el local y si no os gusta me decís que es una mierd* de perro chino".
    Qué capacidad de convicción, allá que vamos nosotros, nos podría haber llevado al fin del mundo si hubiese querido y sin enterarnos.

    No hicimos la foto del después de la habitación aunque en esa se puede apreciar que ya nos habíamos tirado encima para ver si los colchones eran o no cómodos.

    Viva el Prado y viva demostrar que se puede ver entero si te lo propones aunque te tengas que poner casi a correr (dando vueltas de estas que das cuando te pierdes y pasando por Ganímedes tres o cuatro veces) y aunque tengas que ver un Sorolla así de refilón. Tan de refilón que no sé si lo he soñado... :(

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  2. Me acabo de acordar de una buena:

    -¡¡¿Profeeeee dónde estamos?!!
    -¡Estamos en la prisión de Alcatraz!
    ...

    A (por teléfono):Mamá, que vamos por Catral...

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  3. Supongo que eso (y tu último comentario) demuestra lo pardillos que somos. Entre la carrera por el metro y que si llegamos a encontrar a más Ciceronas entramos en todos los garitos de Madrid...
    ¿Esa A no será de Andrea, no?...
    Entre la sordera (Margarita de Pantecosti todavía habita en mi interior) y mis conocimientos geográficos nulos, voy apañá'!

    Me pregunto si en ese momento ya habías hecho la superfoto...debería cobrar entrada para verla...xD

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  4. Que alguien me dibuje un cordero...,

    alejandro cuando era niño

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